PARA AHORRAR...PATATAS

La patata es el alimento estrella en todas las cocinas: en las profesionales y en las domésticas, en las gourmet y en las modestas, así como en las cocinas que buscan sorprender o intentan hacer frente a la crisis. Versátil y socorrida, la patata se puede cocinar de múltiples maneras: hervida, guisada, asada, frita, al vapor, a la plancha y hasta a la parrilla o enterrada entre las brasas. Resiste cualquier cocción y permite múltiples presentaciones, como plato principal, como guarnición, entera, troceada, en rodajas o en puré. Económica y con gran capacidad de saciar, la patata ofrece infinidad de posibilidades gastronómicas.

CINCO FORMAS DE PREPARARLAS 

1º- Patatas cocidas enteras, en agua hirviendo con un poco de sal. Se cuecen hasta que una brocheta pueda traspasar de lado a lado la patata sin que llegue a romperse. En ese momento, sacamos las patatas del agua, dejamos que se templen y las pelamos cuando aún no se hayan enfriado. Una vez peladas, podemos trocearlas en rodajas o aplastarlas con un tenedor, para después aliñarlas con un chorrito de aceite de oliva virgen, un poco de sal y una pizca de pimentón. Este plato se puede comer tal cual o con algunos añadidos.

2º- Patatas peladas, troceadas y salteadas en una base de cebolla, pimiento verde, pimiento rojo, una pizca de tomate y ajo. Todas estas verduras deben cortarse antes muy finitas, en brounoisse, y cocinarse a fuego suave. Después se añaden las patatas a la cazuela, se rehogan y se mojan con un caldo, que puede ser un fondo de carne o un fumet de pescado. En cuestión de minutos habremos empezado a cocinar un guiso. Con esta base se pueden preparar varios platos: Si les añadimos un poco de pulpa de pimiento choricero y unos trocitos de chorizo, tendremos unas patatas a la riojana. Con unos trocitos de bonito del norte fresco, que se cocinan solo con el calor del guiso, conseguiremos un gustoso Marmitako.

3º-Patatas al horno asadas, peladas y troceadas, impregnadas de aceite de oliva, sal y ajo picado. Se pueden añadir unas tiras de cebolla entre los trozos de patata y, también, unas hojitas de albahaca troceada o de orégano. Veinte minutos de horno a 200ºC bastarán para que tengamos una guarnición rápida y sabrosa. Otra opción, si tenemos tiempo, es preparar cada patata lavada, con un ligero corte en la piel, untada de aceite de oliva, una pizca de sal y envuelta en papel de aluminio. Se asan durante 90 minutos a 200ºC. Una vez transcurrido este tiempo, quitamos el papel de aluminio y un poco de piel también (el resto se puede comer), aliñamos con aceite de oliva y sal, o con un poco de salsa alioli, y ya tendremos un plato exquisito.

4º-Purés de patatas cocidas, con piel o sin ella. Una vez que están cocidas, trituramos la pulpa de la patata aliñada con aceite de oliva o mantequilla derretida, un poco de leche o de agua y hasta un cucharón de caldo de ave. Estos ingredientes se añaden poco a poco, según se hace el puré, hasta que adquiera la textura deseada. Luego se le puede dar un toque con alguna especia o hierba aromática y completar el plato con un crujiente de jamón o unas costras de pan frito.

5º- Patatas fritas, un plato simple y exitoso. Basta pelar las patatas y cortarlas en la forma que más nos guste (bastón, cerilla, paja, chips, láminas...) para freírlas en una sartén con abundante aceite de oliva. Un buen truco para aromatizarlas es agregar al aceite un diente de ajo sin pelar. Estas patatas se pueden usar de varias maneras:
- Acompañamiento de filetes, pechugas o colas de merluza rebozadas.
-Base de una tortilla.
-Ingrediente principal de un revuelto, al que añadiremos huevo batido, unos trocitos de chorizo (o chistorra), una morcilla desmigada o unos trocitos de bacon para que se cocinen con la patata casi frita. Antes de agregar el huevo, es importante escurrir el aceite para conseguir una unión cremosa.
-Base para un huevo frito, un plato muy socorrido.

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