fotos Andrés Rodriguez. |
Arahal 7 de Abril de 2019
DOMINGO DE PASIÓN
Quinto Domingo de Cuaresma
“Ha llegado la hora en que va a ser glorificado el Hijo del Hombre”
(San Juan 12, 30-33)
Fue en las vísperas de la Conmemoración de los Difuntos, cuando el Consejo de Cofradías me encomendó la difícil tarea de ser presentadora del Pregón de la Semana Santa.
Ya en el tono de voz que traían los miembros del Consejo cuando me visitaron a casa, supe que confiaban en mi persona para tal Acto. Y que mi nombre había irrumpido en la mente de los miembros de esta Corporación.
Yo, que no pasaba un buen momento personal tras la pérdida de mi madre, accedí de inmediato ahogando mis penas y mis temores y apartando mis dudas que tantas veces me acompañaron. Era el momento que por nada en el mundo renunciaría a la ocasión de ser quien abriera y presentara lo que aquí se va a proclamar.
Atrás quedó la mañana plomiza y lluviosa, la tarde con su larga sombra y el ocaso otoñal despidiéndose de otro día.
El horizonte no se adivina y octubre va dando paso al triste y lánguido noviembre con sus pardas y oscuras nubes, donde el olor a castaña ablanda la nostalgia.
Pasa diciembre con la resonancia de sus villancicos, la celebración del nacimiento de “El Mesías” y la añoranza por los que faltan a la mesa el día de Nochebuena.
Enero con sus primeros días repletos de ilusiones, y así febrero destemplado, soportando el viento que viene del norte y dejando un paisaje acurrucado, cobarde y encogido.
Llega el atrevido mes de marzo asomándose con destreza y buena cara. Valiente unos días, y otros días con rostro frío y sonrisa serena. Pero sin creerlo los días se van alargando, las tardes parecen que otro año más se despiertan de su letargo.
Las nubes juguetean entre el teñido azul del cielo. Y cuando el ocaso se va escondiendo, se muestra la noche sosegada.
Una pequeña brisa en un vaivén, trae desde lo lejos el sonido de las bandas ensayando. Y así se desvelan las noches de primavera. Ese nuevo entretiempo que se empieza a estrenar.
Esas noches de cuadrillas de costaleros, de Cultos, reuniones, Tertulias y Conciertos. Besamanos, noches largas de priostía, de Coros ensayando, Cabildos, Vía Crucis, papeletas de sitio, póstulas.
Noches de grandes desvelos para directores de Bandas, saeteros, camareras y vestidores. De un ir y venir de modistas y madres que se afanan para que todo esté dispuesto.
Sin darnos cuenta llegamos al final de la Cuaresma, y nos encontramos en la antesala que dará paso a la Semana Santa. Hoy Domingo de Pasión se presenta lo divino y lo humano. Lo celestial y lo terrenal. Lo tangible y lo espiritual. Los sueños y la realidad.
No sé si mis palabras serán las ciertas, ni sé si sabré anunciar lo que el pregonero trae a cuestas. Pero con certeza se que vengo con ilusiones nuevas.
Alegraos. ¡el Señor está cerca! Está aquí con todos y entre todos nosotros y será el motivo de esta bonita semblanza que conducirá el pregonero.
Germán García Gonzalez nació en Málaga el 31 de mayo de 1978. A los cuatro años llegó a Arahal de la mano de sus padres, los cuales volvieron con ilusión a su ciudad natal, donde les esperaban sus familias.
Desde los ocho años hasta la actualidad su vida ha ido unida a la música. Gracias al cariño y dedicación de María Luisa, su madre; y la constancia de Francisco, su padre, logró una disciplina que le ha servido para ser un referente en la música cofrade al piano.
Han pasado más de 20 años desde que decidió dar un concierto en Cuaresma de música al piano y tal fue el éxito que cada año repite, siendo una cita obligada para un público que año tras año, acude para escuchar esas sentidas melodías.
Dicho Acto desde el primer momento ha tenido presentadores de renombre. Ha sido capaz de interpretar toda clase de partituras, piezas de marchas de Bandas de Música, Cornetas y Tambores, y Agrupaciones Musicales.
Compositor de 18 piezas propias y diferentes adaptaciones. Durante unos años ha desempeñado el papel de Director Musical de la Agrupación Musical Santa María Magdalena, donde consiguió uno de sus sueños que de la mano del maestro Manuel Rodriguez Ruiz, la Agrupación interpretara sus marchas, siendo en la actualidad querido por todos los miembros de esta Corporación.
Vivió momentos únicos. Paseó por Sevilla y por muchas ciudades junto a su querida Banda. Fueron sus sinfonías las que recibieron una gran distinción en el mundo cofrade.
Dentro de su lista de composiciones no podemos nombrar unas, y otras dejarlas sin nuestro reconocimiento, porque todas tienen un gran valor para los amantes de este género.
Su esfuerzo se ha visto recompensado al salir a la luz dos trabajos discográficos al mercado: “Mi Esperanza” y “La Pasión al Piano”.
Germán nació en el seno de una familia donde el Santísimo Cristo de la Esperanza y su Bendita Madre, guiaron el rumbo de sus vidas al igual que San Antonio de Padua. Todo gracias al amor y dedicación que pudo ver durante muchos años de su querido abuelo, Manolo Peral.
El año 2007 llegó cargado de ilusiones cuando un 20 de noviembre, Dios le entregara el merecedor regalo de ser padre.
Su hija Cecilia es una niña preciosa, morena con unos ojos grandes, cariñosa, alegre y comprensible. Con su corta edad ya demuestra con entusiasmo el amor a la música, la danza y por supuesto a la Semana Santa.
El pregonero forma parte de la nómina de hermanos de la Hermandad Sacramental de la Esperanza, San Antonio de Padua, Veracruz, Hermandad de Pasión de Sevilla y Asociación de Fieles Santa María Magdalena de nuestra localidad.
En la vida de un cofrade, las vivencias son el mejor cimiento para construir con solidez ese morada donde vamos guardando todos los fragmentos vividos y que a modo de eslabones, un momento detrás de otro formarán un cordón inalterable de nuestra Semana Santa.
Habrá muchas veces donde los recuerdos se harán perdurables y cada vez que se nombren nos llevarán al mismo momento donde nacieron.
Como aquel 10 de abril de 1998, Viernes Santo, ahora se cumplen 21 años. Un grupo de amigas nos habíamos citado para ver la Salida de la Hermandad de la Esperanza, atendieron a mi petición y con tiempo y algo de astucia nos colocamos justo al final de la rampa de la Iglesia, era un sitio privilegiado .
Entre las ganas que teníamos de ver a las imágenes en la salida, la tarde luminosa, las filas de nazarenos que iban saliendo con sus túnicas blancas y antifaces verdes, nos envolvimos en el verdadero sentido de ver una Cofradía en la calle.
Veíamos salir a la Virgen de las Angustias que llegaba a la puerta llena de lozanía y acierto.
La Banda de Música Ciudad de Utrera, después de hacer sonar el Himno Nacional, comenzó a interpretar una marcha que se estrenaba por primera vez. Sonaba “Lágrimas de Esperanza”.
Francisco Jiménez Cabrera “Betan”, el capataz que por aquel entonces dirigía la cuadrilla, llamó a Germán que iba de contraguía y le dio la venia para que se pusiera delante del paso y capitaneara ese buque lleno de esperanza.
Con los sones de la marcha que había compuesto para su Virgen de las Angustias y su voz quebrada por la emoción, animaba a los hermanos costaleros que trazaran el compás lentamente porque estaban en la estrechura del cancel de la Parroquia. ¡QUE BONITO!
Pasaron la rampa con soltura y sé que su corazón palpitaba más rápido que el compás que llevaban los tambores de la aquella Banda.
¡Pregonero sé que llevas guardado en un rincón de la memoria ese bello momento!
El pregonero ha tenido la suerte de vivir intensamente muchos momentos llenos de emoción. Ha sentido mientras acariciaba con sus manos las teclas del piano, los rezos que iban brotando.
Así que aquí tenemos un ejemplo fidedigno que todo lo que sale de la música, es bueno y más si es para engrandecer a nuestra Semana Grande
Atrás quedó ese niño que por las tardes jugaban con sus amigos.
Que daba sus primeros pasos a la antigua Aula de Música que estaba instalada en el Ayuntamiento.
Caminaba con su carpeta bajo el brazo y soñando con las notas que poco a poco se iban introduciendo en su ser para no abandonarlo durante todos los días de su vida.
Tiene otras aficiones todas relacionadas con el arte, pero se puede destacar que gracias a su madre se aficionó a la fotografía y cada vez que la ocasión se lo permite se refugia en ella.
Ese niño que hoy es el Pregonero de la Semana Santa, aprendió el verdadero sentido cristiano gracias a su familia.
Vistió su túnica esperancista desde pequeño, probó la faja y el costal y durante unos años se puso un terno negro y abrazó a una de las patas del paso de su Virgen y con cariño pudo hablarle a sus hermanos costaleros, porque tuvo la suerte de ser su Contraguía.
Hoy sonará por primera vez la marcha “Pasión en Arahal” compuesta por él para este día y que bajo la dirección de José Manuel Bernal Montero, la Banda de Música Municipal de Arahal conducirán la solemnidad del momento.
Abrirá las pastas de su Pregón, llevando en su primera página un grabado de su Santísimo Cristo de la Esperanza, estando segura que hoy lo llevará de la mano.
No dudo que estará lleno de nervios. Serán sus palabras las esperadas por todos nosotros, no pienses que estarás en el atril solo. Te acompañaremos todos los que aquí estamos, los mismos que contaremos tu pregón cuando de este teatro salgamos. Y serán oídas todas tus palabras por nuestro pueblo, porque Arahal sabe mucho de eso. Fueron muchas voces las que pregonaron este tiempo y siempre sus vecinos estuvieron dispuestos a recordar aquellos bellos momentos.
Arahal prepárate ya, que el pregonero está puesto,
no temas que serás pregonada y dueña de sus versos.
Un Arahal que ya tiene sus balcones abiertos,
Ventanas, portones y cancelas de hierros.
Arahal que tus calles temprano se han abierto,
lo mismo que se abren en el tiempo del verdeo.
Esas mismas que estrechas las hicieron,
para dejar al forastero boquiabierto.
Arahal la de las flores en sus tiestos,
la que se llena de esencias y recuerdos.
El azahar de sus árboles salen al descubierto,
y el cielo se llena de golondrinas y vencejos.
Arahal cuando la Niña de los Peines cantaba
donde los “Pavón” nacieron y vivieron
el aire de su quejíos, al cielo llegaba
por soleares, seguidillas y tientos.
Arahal que el ruido de las canales,
nos anuncia que ya está lloviendo.
Se silencia cuando anochece,
y los niños se quedan durmiendo.
Arahal la bella cuando está amaneciendo,
y el pintor lo plasma en su lienzo.
La que sus plazas no tienen dueños
y se llenan de amores y grandes sueños.
La Mina, Plaza Vieja y El Ruedo
son los barrios de arte sin parangón.
La Venta y la Fuente del Pulpejo
Larache, La Porra, el Faro y su pilón.
Arahal con sus olivos centenarios
que son el fruto de nuestro sustento,
la de palmeras y amarillo albero,
en nuestra plaza del centro.
Arahal la que se llena de aromas añejos
cuando empanadillas y roscos fritos están haciendo.
La que en sus casas guisan los pucheros,
y a torrijas y pestiños está oliendo.
Arahal que te mereces que te nombremos,
una, otra, y otra vez sin aliento
porque es tan grande nuestro pueblo,
que le caben todos los pregones
que le dieron y le daremos.
Arahal que tu Pregón está dispuesto,
por este paciente pregonero.
Que ilusionado espera la hora,
y que está humilde servidora
le dice que ya es su momento.
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