miércoles, 12 de diciembre de 2018

CARTA DE NAVIDAD



Queridos padres:

Escribo esta carta, esperando que no me digáis que no me ponga triste. Es inevitable estarlo y más en estas fechas. En esta Navidad me negaba a comprar los bombones que tanto os gustaba pero no he querido ser egoísta y al final he tenido que doblegar por los demás. Ese pequeño detalle ha brotado en mí, mucho pesar.

La casa está muy vacía por mucha gente que entre o salga de ella. Los asientos vuestros se ven más vacíos estos días por mucho que queramos ocuparlos nosotros, todos  estamos afectados. Ya nunca estaréis con nosotros. Aunque siempre os tendremos presente.
Papá, te ausentaste  unos años antes pero se quedó un pilar en casa. Mientras estaba mamá, llorábamos tu ausencia pero estaba ella donde vertíamos nuestros abrazos y besos. Ahora vuestra ausencia se hace más latente en la casa.

Vuestros nietos están muy bien: Carmen está preciosa, va creciendo por días, sigue siendo como ustedes sabéis "la niña de mis ojos" no lo puedo evitar, pero me deleitan sus ojos azules y su grata compañía.  Me acuerdo mucho de ti, Papá, cuando llega Rafa a casa. Esa alegría, ese buen humor, esas carcajadas sinceras; está fuerte y con una habilidad física enorme. Qué buenos ratos hubieras podido pasar con su compañía. Eugenio ya está hecho todo un hombre, seguro que te lo dirá mamá más de una vez. Ya está en la Universidad y sigue siendo la misma buena persona de siempre, con sus bromas, su alegría y su buen sentido del humor. Los tres me dicen que os echan de menos.

Nada va a ser igual desde que partisteis. No os enfadéis porque este año no celebremos la Navidad como todos los años, tenéis que comprenderlo. Quedaros satisfechos con las semillas que habéis dejado plantada aquí en la tierra.

Nunca os olvidaremos.

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