foto: Carmen González |
Dicen que la alegría es contagiosa, que reírse es una de los mejores ingredientes de la vida, que hay que abrazarse a la vida, que no hay que tener pena, que no mires a las cosas malas y mires a las cosas buenas, pero hay veces que es difícil reír, que se complican las cosas y no salen como uno quiere. La tarde de la Cabalgata de Reyes Magos, estos beduinos se encargaron de repartir alegría por todos las calles donde pasaban y fueron capaces de sacar una sonrisa a quien pensaba que el día estaba perdido. Mereció la pena verlos, consolaron a más de una alma.
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