Pero he aquí que al llegar ante el sanatorio, puerto deseado, resultó que la puerta-cancela era demasiado estrecha y el "paso" no cabía a entrar.
-Sigamos pues, para arriba a la iglesia de Nervión.
Pero el agua arreciaba, llovía a cántaros, y para evitar el daño que podría recibir la imagen, y el tesoro de todo el "paso", alguien dijo:
-Meterlo aunque sea en un portal.
Y en efecto, en un portal grande que encontraron en el camino metieron el "paso".
Y como el portal, aunque era grande, no tenía cabida para todo el acompañamiento, se produjo la desbandada. Cada acompañante huyó a refugiarse donde pudo, en los edificios inmediatos, en los bares del barrio. Y allí quedó el "paso", con el solo acompañamiento de la pareja de guardias que lo escoltaban, y dos hermanos de la Junta de Gobierno de lla hermandad los cuales volvieron a encenderle las velas al "paso". Después se sentaron en los escalones de la escalera, para no separarse de su venerado titular.
Atardecía, más oscuro el día que lo acostumbrado por estar el cielo cubierto, y que no cesaba de llover.
A esta hora, el hombre cerró su establecimiento y, alzándose el cuello de la chaqueta para protegerse algo contra la lluvia, se dirigió a su casa.
Y de repente, al entrar en el portal, vio, a la luz de los cirios, la impresionante figura del Gran Poder, con la cruz a cuestas, y la dramática expresión del rostro, mirando hacia él fijamente.
El hombre sintió que se le aflojaban las piernas. recordó vívidamente la frase que había pronunciado horas antes:
-Si el Señor del Gran Poder quiere verme, ¡Qué venga a mi casa!
Y allí estaba, en su casa, esperándole, el Señor del Gran Poder, con la cruz a cuestas, los pies sangrantes, la cara sufriente y mansa, mirándoledesde lo alto del "paso", entre el resplandor amarillento de las velas.
Texto copiado del libro: Tradiciones y leyendas sevillanas - Jose María de Mena
4 comentarios:
Buenas noches..
Sigo teniendo fe en la personas, y este mundo es maravilloso.. gracias por ser parte de el...
Besotes
Ese es el señor del Gran Poder.
Muy bonita la anécdota Fali. Y que este tranquilo el señor que yo cada vez que pueda me acerco a su plaza de San Lorenzo a verlo...
Saludos
http://franciscogranadopatero35.blogspot.com/
¡Preciosa lectura! Vendré a leerla de nuevo cuando lleguen los días fríos de invierno, estemos sentado en la camilla con el brasero y no sepa que hacer con mis hijos.
Hola Fali es precioso lo que has escrito
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