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Se acabaron las fiestas, se acabó el jolgorio de las calles cercanas al recinto de la feria. Se acabaron las calles adormecidas y en silencio, porque unos estaban de vacaciones, otros en sus casetas y los demás enrejados en sus casas descansando.
El arranque de nuestro septiembre es muy particular, sin quererlo le damos el cerrojazo al verano, le damos la bienvenida a la "rutina". Los colegios aguardan a esos alumnos que se fueron con la alegría de comenzar el verano y que vuelven con resignación a su labor. Son muchos los que esperan con un toque de esperanza, la recolección de la aceituna (sustento cada vez más solicitado).
Parece como si el sol se hubiera enfadado, nos abandona cada tarde más rápido y nos acelera para recibir la noche cada vez más presurosa.
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