Me tropecé contigo en primavera,
una tarde de sol delgada y fina,
y fuiste en mis espalda enredadera
y en mi cintura, lazo y serpentina.
Me diste la blandura de tu cera
y yo te dí la sal de mi salina.
Y navegamos juntos, sin bandera,
por el mar de la rosa y de la espina.
Y después, a morir, a ser dos ríos
sin adelfas, oscuros y vacíos,
para la boca torpe de la gente...
Y por detrás, dos lunas, dos espadas,
dos cinturas, dos bocas enlazadas
y dos arcos de amor de un mismo puente.
(Rafael de León)
4 comentarios:
El amor Fali.. que dificil es a veces y otras que parece tan sencillo..
en fin.. soñé con tu poema.. y tus manos enlazadas..
gracias por tus comentarios sensibles en mi Mirada
Muy hermoso poema cielo
un beso
Mucho romanticismo ando por Arahal.
Un abrazo y feliz finde
Fali esta entrada parece primaveral, aunque el amor nunca se sabe cuando aparecerá...
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