principio del otoño; cuando la tierra empieza
a enfriarse, el mar sigue templado.
En estos días tranquilos, suaves, de temperatura
benigna, se pueden pasar las horas dulcemente
comtemplando el mar. Las grandes ola verdosas
se persiguen hasta morir en la playa, el sol
cabrillea sobre las espumas y, al anochecer,
algún delfín destaca su cuerpo y sus aletas
negras en el agua.
Pio Baroja
1 comentario:
Hola Fali, después del sustillo de anoche (no conseguía entrar en tu maravilloso blog ¿por un problema de blogger?) me alegra poder dejarte este comentario.
Un abrazo...
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